Facultad de Ciencias Sociales Escuela Profesional de Arqueología e Historia 2022 UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN CRISTÓBAL DE HUAMANGA PODER, POLÍTICA Y GENEALOGÍA FAMILIAR: GÉNESIS, CONSOLIDACIÓN Y DECLIVE DE LA FAMILIA AÑAÑOS EN SAN MIGUEL (AYACUCHO), 1900 - 1940 Tesis para optar el Título Profesional de Licenciado en Historia presentado por el Bachiller: DARIO CESAR HUAMANI CHINCHAY AYACUCHO - PERÚ Asesor: Dr. JOSÉ MARÍA VÁSQUEZ GONZALES 2 RESUMEN La familia Añaños construyó su poder económico y político y su estatus social a partir del patrimonio de su patriarca, Albino Añaños, quien entre fines del siglo XIX y las tres primeras décadas del siglo XX compró y vendió propiedades (casas, haciendas, hatos, estancias), estableció alianzas matrimoniales y redes de clientelismo con familias aristocrática de San Miguel, La Mar y Huamanga e intermedio con los políticos de Lima. Con estos mecanismos pudo él y su familia consolidar su riqueza patrimonial y su ubicación social. Sin embargo, en la misma década de 1920 aparecieron los gérmenes del ocaso de la familia Añaños con los movimientos campesinos que estallaron en San Miguel y que a la larga generaron la decadencia del patrimonio familiar y la pérdida del ejercicio del poder político. Palabras clave: Familia Añaños, poder económico, poder político, estatus, La Mar, Ayacucho. 3 ABSTRACT The Añaños family built its economic and political power and social status on the patrimony of its patriarch, Albino Añaños, who between the end of the 19th century and the first three decades of the 20th century bought and sold properties (houses, farms, ranches, estancias), established marital alliances and networks of patronage with aristocratic families in San Miguel, La Mar and Huamanga and in between with politicians in Lima. With these mechanisms, he and his family were able to consolidate their patrimonial wealth and social position. However, in the 1920s, the seeds of the decline of the Añaños family appeared with the peasant movements that broke out in San Miguel, which eventually led to the decline of the family patrimony and the loss of political power. Key Words: Añaños Family, economic power, political power, social status, La Mar, Ayacucho. 4 INDICE AGRADECIMIENTOS DEDICATORIA 6 7 INTRODUCCIÓN 8 Capítulo I ESTADO DE LA CUESTIÓN 12 1. El poder como estudio y aporte historiográfico 12 2. La genealogía familiar como objeto de estudio 13 3. Los aportes sobre la construcción de élites 15 Capítulo II CONTEXTO NACIONAL, REGIONAL Y LOCAL 25 1. Contexto nacional 25 2. Una mirada al departamento de Ayacucho a inicios del siglo XX 27 3. Creación y delimitación de la provincia de La Mar 36 4. Distrito de San Miguel 42 5. La hacienda Ninabamba: evolución histórica 44 Capítulo III UN PODER SIN LÍMITES: LOS AÑAÑOS EN SAN MIGUEL EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX 46 1. Genealogía y propiedades de la familia Carrasco 47 a) Primera generación (1895-1900) 47 b) Segunda generación (1895-1920) 49 2. Genealogía y propiedades de la familia Añaños 50 a) Primera generación: familia Añaños-Pacheco (1895-1920) 50 b) Segunda generación: familia Añaños-Peralta (1920-1945) 51 c) Segunda generación: familia Añaños-Esquivel 51 d) Segunda generación: familia Añaños-Zavaleta 51 3. Construyendo redes políticas: el caso de Albino Añaños 53 4. Propiedad y herencia familiar de los Añaños 67 5. Compra-venta de propiedades de Albino Añaños y sus hijos Héctor Nivardo y Moisés Artemio Añaños 69 5 a) Propiedades de Héctor Nivardo Añaños 72 b) Propiedades de Moisés Artemio Añaños 75 c) Propiedades de Glicerio Añaños 78 d) Propiedades de Florencio Añaños 81 e) Las hermanas 82 f) Propiedades de Evaristo Añaños 83 g) Silvia Añaños 83 Capítulo IV DECLIVE DE UNA FAMILIA PATRIARCAL EN SAN MIGUEL: LOS AÑAÑOS 86 1. Conflictos interfamiliares 86 2. Generaciones y conflictos en la primera descendencia de los Añaños 88 3. Ocaso y declive de la familia Añaños en Ayacucho 92 CONCLUSIONES 101 BIBLIOGRAFÍA 103 ANEXOS 108 6 AGRADECIMIENTOS A la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, donde me forme como estudiante universitario y de donde egrese para convertirme en un historiador. A los Catedráticos que me brindaron sus sabias enseñanza en las aulas universitarias, especialmente los historiadores: Dr. Nelson Pereyra Chávez, Dr. Claudio Rojas Porras, Dr. Jefrey Gamarra Carrillo, a los magísteres: Juan B. Gutiérrez Martínez y Eliseo Moreno Galindo. A mi asesor Dr. José María Vásquez Gonzales, quien me sugirió el tema de investigación. Agradecerle por la confianza que me dio desde que ingrese a la especialidad y llegando hacer mi asesor de mí informe de bachiller. Ahora, como asesor de mi tesis, siempre estuvimos en dialogo sobre los temas abordados dándome sugerencias e ideas, conduciéndome por el rigor metodológico y apoyándome en levantar las últimas observaciones que me hizo el jurado y así culminarla. Asimismo, agradezco a mis compañeros de la especialidad de Historia como: Ramón Cáceres Espinoza y al antropólogo Max Ayala Sayas. A los trabajadores del Archivo Regional de Ayacucho (ARAy), quienes me brindaron todas las facilidades para la revisión de las fuentes documentales; mi agradecimiento al Prof. Félix Añaños; al Dr. Elipio Vila de la Universidad San Luis Gonzaga de Ica, por el material facilitado y las sugerencias recibidas. A mi tío Luis Huamaní, por la revisión cuidadosa que ha realizado de este texto y sus valiosas sugerencias. A mis padres y hermanas, por compartír conmigo una infancia feliz, el cual guardo muchos recuerdos, son ellos los que me inspiraran seguir haciendo la narrativa histórica. A mi esposa y a mi hija, por su paciencia, comprensión y solidaridad para culminar la presente tesis, tiempo que les “robo” y que lo recompensó con mi tesis, que es también de ellos. A todos, mil gracias. 7 Dedico esta mi tesis a mis padres y en especial a mi madre, pues sin ella no hubiera logrado concluir mi sueño, ya que ellos siempre han estado presentes para apoyarme moralmente y psicológicamente. También la dedico a mi hija Kamila Yuliet, quien ha sido mi mayor motivación para nunca rendirme en mis metas y poder llegar a ser un ejemplo para ella. 8 INTRODUCCIÓN Al iniciar la investigación de la presente tesis, mis inquietudes eran diversas. Primero, porque el tema definir se acercaba más a tratar el estudio de haciendas en la provincia de La Mar; en segundo lugar, la preocupación de seguir el hilo conductor produjo en mí y mi asesor, definir, que era un tema muy trillado y que no aporta más allá de un estudio más en el sinnúmero de trabajos de bachiller y de la abundante cantidad de tesis en Antropología sobre el tema de hacienda a comunidad o viceversa, en boga por la década de los 70 y 80 del siglo XX en la Facultad de Ciencias Sociales; finalmente, logramos concluir que era necesario acercarnos no sólo a las propiedades, sean haciendas o estancias, sino conocer cómo se va construyendo el poder económico y político, comprendiendo a la vez los mecanismos usados por la familia Añaños, que ostentaban prestigio y status social en la región de Ayacucho. El tema discutido en diversos dialogo con mi asesor, hizo ver que era más fructífero consolidar en mi tesis la reconstrucción de la familia Añaños, convirtiéndose en un clan poderoso a nivel regional. Para estos era necesario, realizar un diagnóstico situacional del marco de referencia o teórico de quienes habían logrado estudiar el tema sobre familias hacendataria o terrateniente en Ayacucho. Y nos encontramos que los estudios eran escasos. La pionera en este tema fue la historiadora Dunia Castro, quien elaboró su trabajo de bachiller titulado Historia de la familia Añaños, 1900-1950, el cual se convierte en nuestro hilo conductor para acercarnos a la familia Añaños y a su estructura social; es decir, para consolidar su genealogía familiar, saber cómo fueron sus miembros y reconstruir sus vínculos con el poder político local de San Miguel en la provincia de La Mar y en la provincia de Huamanga. Por otro lado, el trabajo de investigación del historiador José María Vásquez Gonzales, titulado Poder, élite y familia en la región de Ayacucho: el caso de la familia de la Fuente y Santacruz, 1770-1826, nos permitió reconstruir el clan familiar de los Añaños dentro de la región. Ambos trabajos me motivaron a estudiar el caso de los Añaños, una familia 9 terrateniente y de abolengo, con gran prestigio económico y político en San Miguel, capital de la provincia de La Mar, en toda esta provincia y en la vecina provincia de Huamanga. En tal sentido, el objetivo general de la presente tesis es analizar la consolidación de la familia Añaños como un grupo de poder en el norte de la región de Ayacucho a partir de su poder económico, sus redes sociales y su prestigio social. Los objetivos específicos son los siguientes: a) Reconstruir la genealogía de la familia Añaños; b) analizar los mecanismos económicos, políticos y sociales con los que obtuvo su poder; c) identificar los factores que generaron la crisis del poder de la familia Añaños. Definidos los objetivos, opté por definir el periodo de estudio, que comprende los años 1900-1940 por las siguientes razones. Al iniciarse el siglo XX se configuró el latifundismo como una red de relaciones económicas y sociales entre terratenientes de la provincia de La Mar. En este contexto, la familia Añaños configuró su poder a través de la rentabilidad de sus tierras y propiedades urbanas, que fueron obtenidas mediante los mecanismos extraeconómicos. Hacia 1940 empezó el declive de la familia debido a los movimientos sociales y la debacle de sus propiedades. En este nuevo contexto, la familia perdió su prestigio social, generándose en la sociedad un desprecio hacia los Añaños al considerarlos como terratenientes que siempre abusaron de su poder. Considerando la transformación de la familia Añaños en este corte temporal ,hay un problema general ¿Cómo obtuvieron la consolidación del poder la familia Añaños en Ayacucho? cabe plantearse las siguientes preguntas: ¿Cuáles fueron los mecanismos que le permitieron a los Añaños lograr el poder? ¿Cuál de estos mecanismos fue el más importante: el patrimonio, las alianzas familiares y sociales o el ejercicio del poder político? ¿Cómo empezó el declive del poder de la familia Añaños? Para responder dichas interrogantes he planteado las siguientes hipótesis: La familia Añaños obtuvo su poder a partir de las propiedades que acumuló, de las redes parentales y sociales que tejió, de las alianzas matrimoniales que estableció y gracias a los vínculos sociales que tuvo con los integrantes de la élite de San Miguel y de la ciudad de Ayacucho, con lo cual accedio a los cargos políticos que le irradio poder . En el transcurso de la investigación he revisado las fuentes documentales del Archivo Regional de Ayacucho (ARAy) desde el año 2012, año en el que inicié esta indagación y que me ayudó a elaborar mi informe de Prácticas Preprofesionales con el que obtuve mi 10 grado de Bachiller, hasta el 2020, año en que fui interrumpido por la pandemia de la Covid- 19. Posteriormente, entre octubre y diciembre del 2021 pude culminar con el trabajo de campo, logrando revisar y registrar documentos de las secciones de Prefectura, Subprefectura de la provincia de la Mar, Corte Superior Justicia, Juzgado de Tierras (Fuero Común Agrario) y Protocolos Notariales. Documentación a la cual tuve que depurar y dejar la esencia de la información más relevante para mi investigación. Al mismo tiempo, he entrevistado a algunos integrantes de la familia Añaños, quienes compartieron conmigo no solo sus recuerdos sobre las generaciones pasadas de familiares, sino fotografías y recortes periodísticos que me han sido útiles para los objetivos de mi investigación. Asimismo, llegué a revisar el material bibliográfico sugerido por el jurado de evaluación de la presente tesis. Sin embargo, en el proceso de mi investigación encontré diversas dificultades debido al poco apoyo del asesor y a la ausencia de información empírica. Valgan verdades, realizar una investigación sin el pleno apoyo del asesor es difícil, especialmente si no hay una guía constante para el camino de la narración, análisis y explicación histórica. Asimismo, en el ARAy no encontré la suficiente información como para cumplir con mis objetivos o probar mis hipótesis. Pero, mi asesor, Dr. José María Vásquez González, me proporciono gentilmente algunas fuentes periodísticas sobre Albino Añaños para fines del siglo XIX; gracias a este desprendimiento la investigación pudo ser continuada. Otra dificultad que encontré fue la restricción existente para entrevistar a algunos miembros de la familia Añaños. Estos guardan celosamente información sobre el patriarca y los otros miembros importantes de su familia. Felizmente, pude obtener algunos testimonios y datos fehacientes de los miembros de la segunda generación de la familia Añaños. Con toda la documentación de Archivo, de periódicos y testimonios, pude culminar mi tesis de licenciatura. El presente documento está dividido en cuatro capítulos. El primero es eminentemente teórico, ya que ofrece el marco teórico y el estado de la cuestión; es decir, define las categorías teóricas de poder y élite, usadas en el transcurso de la investigación, y evalúa aquellos trabajos históricos sobre las élites provincianas, los grupos de poder y las genealogías familiares. El segundo apartado aborda el contexto nacional y el contexto regional para luego centrarse en las ciudades de San Miguel y Ayacucho, localidades donde los Añaños tuvieron sus propiedades, tejieron sus redes y ejercieron su poder. El tercer 11 capítulo describe y estudia la forma cómo los Añaños obtuvieron sus propiedades, base y sustento de su poder político y estatus social. Además, dicho apartado registra la genealogía de la familia y relaciona a las generaciones de familiares con la construcción del poder económico. Finalmente, el cuarto capítulo presenta información sobre los conflictos intrafamiliares y el ocaso del poder de la familia Añaños. 12 Capítulo I ESTADO DE LA CUESTIÓN Por lo tanto no debe producir admiración la acción de que la definición de poder haya sido utilizado para explicar los más diferentes aspectos de la sociedad: desde los pequeños grupos hasta la compañia fructuosa, desde la parentela hasta las correspondencias entre las clases sociales. No obstante, el medio en el cual el poder obtiene la función más sustancial es el de la política. (Bobbio, 1993, p. 1198 El tema sobre la genealogía familiar de los Añaños y su consolidación en la jurisdicción de San Miguel en la circunscripción de La Mar como sus vinculaciones con la élite huamanguina, han sido un tema que nos acercó más a comprender la importancia de las categorías que hemos empleado en la tesis, como “Poder”, “élite” y “genealogía”, las cuales definiremos con apoyo de los estudios realizados por diversos intelectuales que han definido dichos conceptos. 1. El poder como estudio y aporte historiográfico Para conocer la categoría de poder, hemos acudido a diversos autores que ha señalado su definición. Uno de esos autores renombrado a nivel internacional es Nolberto Bobbio, quien lo define de la siguiente manera: “Poder,palabra que denomina la aptitud o la oportunidad de trabajar, e crear resultados, y puede ser nombrado tanto a individuos o grupos humanos como a objetos o fenómenos del medio ambiente ” (1993, p. 1190) En nuestro caso, la definición alude al grupo familiar de los Añaños, porque son ellos los que producirán efectos a otros grupos humanos, sean o no estos integrantes de la élite. El antropólogo Ulpiano Quispe Mejía, a partir del autor Steven Lukes, plantea tres perspectivas respecto al poder: unidimensional, en el que toma en cuenta la diversidad; bidimensional para sus juzgadores; y tridimensional, al que conceptúa como radical. Dice que esas tres perspectivas pueden comprenderse como deducciones y ejercitaciones opcionales de una misma definición de poder. “De acuerdo con ello A ejerce dominio sobre B” (Quispe, 2015, p. 47). Claro que se hace necesario tener en cuenta dicho concepto, pues será un referente para descubrir el poder que ejercieron los miembros del clan familiar de los Añaños en la región de Ayacucho, obviamente a través de su riqueza económica. Entonces, 13 el poder de los Añaños consiste el “el mando sobre la persona y la naturaleza por la agrupación dominador” (Quispe, 2015, p. 48), siendo ellos ese grupo dominador es que construyen no sólo sus riquezas sino también su status y prestigio social. Fernando Silva Santisteban aporta la siguiente definición de poder social: Definiremos al poder social como la facultad que tiene una persona o grupo de personas para manejar u orientar la conducta de los demás; o por el contrario,la aptitud referente de uno o un grupo de personas para no tener que dar.O sea cualesquiera tipos de energia o potencia deriva de relaciones sociales y del manejo del entramado social La ejecución de este dominio es señal de prestigio donde se dan relaciones de superioridad e inferioridad.Sin embargo la ubicacion que da entrada al dominio solo puede cambiar en base a la clasificación puede ser permanente e institucionalizado. Éste poder y la clasificación social tienen como base a la producción y control del superávit económico.O sea, en la provisión de la cantidad de enseres que resulta superior a lo satisfactorio para garantizar una mínima continuidad en la existencia física de los integrantes del grupo. (Silva, 2018, p. 403) Los Añaños tuvieron este comportamiento de control sobre un grupo pequeño de hacendados como ellos y lograron alianzas políticas al interior de la sociedad ayacuchana para obtener ese poder social que nos describe Fernando Silva Santisteban; pero, a la vez tuvieron una continuidad económica hasta muy entrado los inicios del siglo XX, que les dio los mecanismos para ostentar el poder en la región. Aclaramos que tanto la definición de Nolberto Bobbio y la de Silva Santisteban serán las que guíen el tema de la familia Añaños en la presente tesis. 2. La genealogía familiar como objeto de estudio En el Perú, los estudios sobre genealogía familiar son escasos, pero los realizados nos dan algún alcance sobre como una familia construye su propio poder a través de diversos mecanismos. Paul Rizo Patrón Boylan señala que: Se sigue alentando los estudios que contribuyen al esclarecimiento de los orígenes de las familias del país y de su estructura extendida, de las migraciones y los desplazamientos geográficos, de las particularidades locales y regionales, de los entramados de poder, de las bases materiales de los individuos, grupos parentales y pueblos. Estos y otros variados temas trabajados por los genealogistas hacen de su disciplina una verdadera ciencia auxiliar de la historia, desde lo que proveen múltiples elementos para el mejor conocimiento de la realidad. (Rizo Patrón, 2001, p. XVII) Es así que nos apoyaremos en lo manifestado por Paul Rizo Patrón para continuar este estudio genealógico donde el poder de la familia Añaños lograra pertenecer a la élite de la 14 región de Ayacucho. Como la genealogía es una disciplina auxiliar de la historia, ella nos ayudara a conocer los orígenes de las diversas generaciones de la familia en estudio en Ayacucho. Clara López Beltrán, es una historiadora boliviana que ha trabajado los asuntos de genealogía a través de las alianzas familiares en la ciudad de La Paz en Bolivia. Ella manifiesta que: Esta investigación se acerca al recorrido biográfico de los protagonistas y examina también la composición social, el tejido familiar, así como las políticas y estrategias matrimoniales y económicas para perpetuarse en la cumbre de la jerarquía social. Para comprender a la élite urbana es necesario explicar el proceso de creación del grupo dominante que, para crecer y consolidar su poder y su riqueza utilizó una compleja red de contactos y alianzas familiares y no familiares. No solamente se quiere identificar los elementos estructurales de las redes y de los troncos familiares sino también encontrar sus contactos con la ética, la cultura y la política local y metropolitana. (López, 1998, p. 16) La autora Clara López marca el camino para conocer el tejido familiar de los Añaños, pero a la vez vamos a identificar cómo los Añaños van construyendo su poder no sólo a través de su economía sino también su acercamiento al poder local y regional de Ayacucho, así como comprender la red y alianzas no familiares en la región para conseguir afianzar en el poder político regional. En lo referente a los estudios en la región de Ayacucho, sólo hemos encontrados dos trabajos sobre la época de estudios; es posible que existan algunas más, pero son investigaciones que se acercan más a la época colonial. En ese sentido, mencionamos el trabajo del historiador José María Vásquez Gonzales, tesis que se acerca más próximo a nuestro estudio que nos guiará para lograr los objetivos trazados y resolver nuestro planteamiento del problema. Dicho historiador, manifiesta que “poder, elite y familia, es un tema que nos acerca…al problema del poder desde la familia. Las bases del poder y los mecanismos y alianzas de familia para fortalecer y mantener hegemonía como élite. La aproximación que se haga permitirá entender como sólo el ejercicio del poder sino los mecanismos de acceso y formación de familia como élite”. (Vásquez, 1997, p. 14) Hacia este punto nosotros iremos, a descubrir los mecanismos y alianzas familiares que lograron los Añaños para acceder al poder económico y político en la región ayacuchana. 15 El trabajo de Dunia Castro reconstruye la genealogía de la familia Añaños. Ella señala lo siguiente: El presente trabajo busca elaborar una breve investigacion relacionada con la vida de una de las familias que estuvo vinculado a la hacienda en la circunscripción de La Mar ,en particular en la jurisdicción de Tambo y es un caso muy característico que el apellido de los Añaños no haya pasado desapercibido dentro de los relatos de historias o inclusive de investigaciones. La familia de los Añaños. Bajo esta mirada es que trato de buscar elaborar una historia desde el punto de vista de la generación de uno de los descendientes de Felipe Añaños, padre de benigno Añaños Arangoitia que a su vez padre de Glicerio Añaños Cáceres. Bajo esta mirada la prioridad ha sido el elaborar su desarrollo y crecimiento como familia en la villa de tambo, actual distrito de tambo. (Castro, 2012, p. 5-69) A diferencia de la citada autora, quien pudo además entrevistas a los integrantes del grupo familiar por ser pariente, nosotros hemos priorizado el estudio del poder económico para, a partir de ahí, estudiar el acceso de los Añaños al poder local y a la élite ayacuchana. 3. Los aportes sobre la construcción de élites Una vez definidas las categorías de poder y genealogía, veamos ahora la definición de élite. Gaetano Mosca, alrededor de 1900, usó el concepto de “clase dominante” para las minorías, en contraposición con las grandes masas. Mosca observó que la entrada para este grupo fue, al principio, normalmente ganada por el valor militar y más tarde por la riqueza. Su compatriota italiano, Vilfredo Pareto, acuño el concepto de “élite” y distinguió la “élite gobernante” de la “élite no gobernante”. Aun si las elites frecuentemente quisieran ser reconocidas como “aristocracias”, la regla ha sido la circulación de la élite (Morner, 1992, p. 51) Si bien es cierto que los militares fueron considerados como integrantes de la élite, nuestro caso se acerca más al concepto definido por Vilfredo Pareto al distinguir a la élite no gobernante, es decir, a aquellos que llega a ser parte de la élite gracias a sus mecanismos de coacción o de vínculos de amistades o por lazos matrimoniales. El mismo Magnus Morner, agrega que: El concepto de élite se ha extendido también a los “enclaves más altos” de la sociedad sea que estén o no sus actividades limitadas en las esferas políticas, económica, social o cultural. Existen también élites a nivel regional o local con sus correspondientes esferas espaciales e influencia, aun cuando por lo general están unidas en alguna forma a las élites a nivel nacional. Diferentes clases de élite difieren naturalmente en término de reclutamiento, recompensa y status (Morner, 1992, p. 52) 16 Además, Luis E. Blacha, hace la siguiente definición de élite: “El concepto de élite es el término francés que designa a ‘los mejores’, a quienes, por cualquier razón, se destacan y se sitúan por encima de los demás”. (Blacha, 2005) Acaso, esto no ocurrió con la familia Añaños, que se fue considerada por encima de los demás económicamente hablando. Claro que sí, pues, sus propiedades le dan la riqueza económica y el prestigio social entre los vecinos notables de San Miguel y Ayacucho. Francois Bourricaud manifiesta que “es evidente que, si hay élite en todas las sociedades, la élite presenta características totalmente distintas según el tipo de sociedad, de régimen político. La élite peruana tenía de característico su colocación intermediaria entre el país y el mundo exterior; en cierto modo, este grupo reducido mediaba entre el sector más influyente y la sociedad local”. (Bourricaud, 1969, p. 13). Entonces si es así, los Añaños seria ese reducido grupo de familias que se consolido a través de su poder económico siendo luego intermediarios entre el poder distrital o provincial con el poder regional en Ayacucho. En este sentido, los Añaños fueron constituyéndose en un grupo poderoso que, gracias a su economía, lograron escalar a las esferas públicas obteniendo cargos municipales, lo que los llevo a mantenerse en los círculos del poder regional. Sebastián Molina Puche escribe lo siguiente sobre la élite local: Comprendemos que un pequeño grupo social que por su alta capacidad económica, su desempeño social e influencia intercomunitaria y su reconocido prestigio, ocupa un alto enclave de la sociedad en el centro distritral y que debido a la naturaleza de los capitales que posee (materiales e inmateriales) económicos y simbólicos) y de las relaciones sociales que entrelazan, logra mantener su poderío social y su control en el distrito de manera consecutiva y permanente (Molina, 2005, p. 200) Este es el concepto que guiará nuestro sendero de la investigación, viendo que dicha categoría definida coincide con la propuesta de nuestra tesis sobre la Familia Añaños, la cual construye ese poder a través de su economía y sus vínculos con el poder local de Ayacucho. Asimismo, el antropólogo José Coronel, ha definido así al poderío local: “Está dado por la privatización del dominio político. El mando oficial de las areas influenciadas por el gamonalismo está al servicio de este. La función de los poderíos locales es interceder entre el poder principal y los bases sociales de una area especifica, ello supone una autorización expresa del poder central, así como de una base social dominada sobre la cual actúa” (citado en Vásquez, 1997, p. 14). Es así como los mecanismos de poder de los Añaños van por ese camino de vinculaciones con el poder político oficial dentro de la región y que 17 posteriormente se extenderá hacia el poder nacional. En el contexto de estas definiciones de élite, podemos considerar también el de oligarquía, que ha sido estudiado por diversos investigadores de las ciencias sociales, como Alberto Flores Galindo y Manuel Burga, quienes plantean: La oligarquía era una clase social poco numerosa , conformada por una agrupación de familias cuyo poder se basaba en la posecion de la tierra, las propiedades mineras, el gran comercio […] la génesis de las familias oligárquicas datan de la la época del guano, pertenecer a una clase se definía además por el apellido, lineas de relaciones parentales, ciertos modos de vida; o sea a lo que sería paradigmas de “clase” se añadían otros de tipo “estamental”, como muestras y tradicion de la colonia” (Burga y Flores Galindo, 1991, p. 88) Si está definición es de esa manera, la familia sanmiguelina lo fue por su dinero (de sus propiedades), pero también por su apellido, su estilo de vida, sus lazos de parentesco y su educación; fueron esos requisitos que ostentaban los Añaños en Ayacucho por estos tiempos de fines del siglo XIX y XX. Alberto Flores y Manuel Burga agregan que al interior del grupo oligárquico “no hay un ideario oligárquico, de igual manera no existe la organicidad de sus integrantes , ni un plan de la oligarquía” (Burga y Flores Galindo, 1991, p. 95). Si bien esto es cierto, eso no significo que la oligarquía no pueda manejar o influir en el poder político. En el caso de los Añaños, si bien no es una gran oligarquía, se acerca a esa definición, bien sabemos que fueron grandes hacendados y que ejercieron su hegemonía a escala regional mayormente. Es así que los Añaños a través de sus haciendas tenían sus límites que le garantizaban su poder: “Se consideraban y accedían a formas de poder local. La posesion sobre la tierra a nivel comunal o local significaba tener poder político y esto ocurría en todos los lugares ” (Burga y Flores Galindo, 1991, p. 89) Por otra parte, Francois Bourricaud menciona que “la oligarquía es definida como una agrupacion minuscula y cerrada […] entrelazado solidariamente, ligado por relaciones de parentales o amicales, que dirigen la riqueza” (Bourricaud, 1969, p. 14). Esto significaba que la sociedad peruana, es social y culturalmente heterogénea, donde como dice el autor se trata de un grupo reducido de familias que son hacendados de la costa mayormente como los Aspillagas, u otras familia de élite que lo conforman en Lima, como los Miró Quesada, los cuales controlan los asuntos empresariales, de banca, etc que por su cercanía en los círculos sociales a los que pertenecían, lograron vínculos amicales y son los que acaparan los puestos 18 públicos o los dueños de los medios de producción en su zona de influencia, sea Lima o la costa norte del Perú. Entonces, lo que caracteriza a la oligarquía peruana es que la producción económica es dirigida pero no desarrollada dinamicamente por el grupo representativo. Esto no es nuestro caso, por los Añaños si administraban sus propiedades, tanto sus ingresos como sus egresos, y eso hizo que su administración fue eficiente, sobre todo en su distrito de San Miguel. Al decir de Jorge Bravo Bresani, lo que se considera como oligarquía es solamente un grupo de intermediarios o una agrupacion sin control propio (Bravo, 1969, p. 86) porque no formaba un grupo homogéneo y no tenía capacidad de decisión. A pesar de todo esto, “la oligarquía mantenía una alianza política con las autoridades y los vecinos notables de las ciudades serranas, así como con los gamonales de las zonas rurales de la sierra, quienes ejercían el poder con notable autonomía”. (Mannarelli y Zegarra, 2021, p. 161) Gracias a esta relación de clientelismo político, los Añaños, entablaron sus vínculos con la élite huamanguina y de ahí con políticos limeños, para concretar su supremacía en la región, siendo algunos de sus miembros diputados o alcaldes, eso los condujo a lograr prestigio social dentro del círculo de notables de la ciudad de Ayacucho, en la provincia de Huamanga. Asimismo, Muñinco y Loayza describen cómo la posesión de la tierra daba poder para aliarse con las autoridades y para así obtener algunos cargos políticos haciendo muchas veces de intermediario entre el poder central y el poder local, esto lo explica en un aspecto más económico. La posesión de la tierra es una de las categorías de análisis que le consideramos de vital importancia. En gran parte, el tema de nuestra investigación relacionado al caso de la familia Añaños de la provincia de La Mar en general y del distrito de San Miguel en particular, tiene como síntesis, elemento y factor en todo el proceso de desarrollo de la tesis, a la vez que siempre conjugaron en las diversas acciones de la familia mencionada. La propiedad de bienes inmuebles para una familia que tenía una visión de trascender en la sociedad, era el elemento sustancial. A través de ella se escalaba a tomar poder y status social. Sin embargo, no todos los propietarios tenían pretensiones de sobresalir a través de mecanismos éticos. En el contexto del estudio sobre el tema de nuestra investigación que en cierta parte está comprendido en el período de la República Aristocrática. Casi todos los personajes de la estructura funcional de la sociedad vivieron con una mentalidad de búsqueda 19 de bienestar personal, familiar y grupal, de espaldas a la población. De otro lado, Jorge Bravo Bressani, plantea: Apesar del caso que sus integrantes lleguen a un trato comun, lo que es casi predecible,una poliarquía de intermediarios divergente, cambiante y solamente capaz de negociar las condiciones ya elaboradas , en que se realizarán las decisiones del exterior sea como manufacturas confeccionada, o en calidad de productos semiterminados (Bravo, 1969, p. 86). La potestad oligarquica, como se ve, recae no sólo en la propiedad, sino en la capacidad de establecerse, a través de la posesión sobre los recursos primordiales del país. A nuestro modo de ver reafirmamos como algo innegable: El poder económico forma la base de lo social y se proyecta para el posterior dominio al poder político. Por ello, esta propuesta de investigación mantiene que lo primordial para la élite fue su connotación como clase y a esta carencia subordinó las demandas políticas del resto de los grupos sociales y regionales. El gobierno de Leguía y sus normas políticas de gobierno estaba direccionalizado a quitar poder a esos grupos tradicionales imperantes, representada por los latifundios costeños y por el terrateniente andino; desarrolló un programa ambicioso basado en infraestructura públicas y administracion dirigida a crear un sector medio. Por ello entonces, Leguía trató de cambiar a las oligarquías preponderantes por nuevas élites con vision de enrumbar a la modernizacion y desarrollo del país. Por otro lado, Julio Cotler (1988) indica que en sus primeros años Leguía tuvo el respaldo del accionar indígena para obtener el apoyo del sector de las clases medias emergentes. Esta accion del gobierno sirvió para que incentiven al movimiento “indigenista” en el interes de revaloracion paternalista a la población indígena. Los lineamientos enunciados por Leguia parcialmente respondían a las exigencias del pueblo y de sectores medias con el fin de atraer el apoyo de dichas clases y al mismo tiempo neutralizar su actividad política independiente. Durante la historia republicana es la primera experiencia, que una facción del grupo dominante pretendió representar los intereses nacionales, en tanto que populares y en términos gramscianos lograr una posición hegemónica: “la supremacía de un grupo social se manifestaba de dos modos, como ‘dominio’ y como ‘dirección moral e intelectual’. Un grupo social es imperante sobre los grupos adversarios a los que tiende a ‘liquidar’ o a 20 someter también con la fuerza armada, y es dirigente con los grupos afines o aliados” (Gramsci, 2011, p. 96). Los mecanismos de la dominación tradicional, resultante de la interelacion política entre el sector burgués y señorial que formo parte la republica aristocrática, se restableció con Leguía, pero sobre bases nuevas, sin afectar las áreas rurales de tipo precapitalista . Los gamonales nuevos perdieron la autonomía relativa política que habían gozado antes las oligarquías señorial y su poder local resultó basado en el claro apoyo que recibían y entregaban el poder público (Cotler, 1988, p. 182). Si hacemos una reconfiguración de la oligarquía peruana detallamos lo enunciado: La percepcion de raza, en este sector dominante actúa mayormente en un sentido favorable a la inserción imperialista. Entre criollo burgués y su trabajador no hay nada de común. La solidaridad de clase, más la solidaridad de raza o de prejuicio, hacen de las burguesía nacional instrumento dóciles al imperialismo yanqui o británico y por lo tanto se extendía la mayoria de las clases medias, imitando a la aristocracia y a la burguesía y marginacion al pueblo de color, aunque ellos mismos son mestizos evidentemente. (Mariátegui, 1972, p. 27). Sobre la base de los análisis que hemos hecho, nosotros coincidimos con el planteamiento que hace Julio Cotler referente a que la oligarquía no se desarrolló de manera unilateral, solo en su entorno de su casta; sino más aun requirió del respaldo de las clases medias y populares para su reconocimiento como tal. En el ámbito regional de Ayacucho existen otros estudios que abordan también temas respecto a la oligarquía. Uno de ellos es el investigador Nelson Pereyra, quien inicia su investigación haciendo una descripción de la zona norte de Ayacucho indicando que, en la provincia de La Mar, los indígenas fueron mayoría ya que representaron el 77% del espectro poblacional total, mientras que los blancos y los mestizos conformaron únicamente el 22 % de población total de esta provincia. Dicho autor manifiesto que “el hacendado, a pesar de ser dueño de los predios rurales, era a veces el detentador del poder político en el departamento, ya que ocasionalmente ejercía cargos públicos ,convirtiéndose en intermediario del Estado y los sectores sociales subalternos” (Pereyra, 2000, p. 16). Además, explica que, durante la década de 1920, como consecuencia del acercamiento de los hacendados criollos y mestizos a los grupos medios emergentes (comerciantes y profesionales) ligados a la adquisición de las propiedades rurales, surgió un tipo de “hacendado ilustrado”, con visión de progreso y amor a la lectura 21 en medio de la soledad de su hacienda, pero que no compatibilizaba con el progreso científico y modernizador. Por lo tanto, Nelson Pereyra, a manera de conceptualizar afirma que existe una diferencia entre los gamonales y hacendados. Los gamonales formaron un grupo bastante heterogéneo, fueron oligarcas, pero de distinto origen étnico y social o indios propietarios de medianos y pequeños predios. Vivían como dirigentes de los indios en sus propiedades. El poder que ejercieron en sus propiedades y en ocasiones fuera de ellas nació de un complejo conjunto de relaciones sociales, ejemplo, de servidumbre y compadrazgos. Mientras los hacendados eran mistis considerados como descendientes de los españoles fueron paternalistas, pero también, capaces de ejercer violencia para con sus colonos y pobladores de sus comunidades. Dentro de la misma línea de análisis tenemos a Heilman, (2018) quien explora las cambiantes interacciones entre los campesinos y las autoridades regionales y locales, y entre ellos mismos. La investigadora realiza un estudio de caso, haciendo un análisis comparativo entre la funcionalidad y comportamiento político de dos distritos: En primer lugar, el distrito de Carhuanca ubicada en la provincia de Vilcashuaman, donde se ubicaban tres haciendas que tenían como patrón local de tenencia de tierra a estas propiedades que estaba limitada a sus valles bajos sobre el río Pampas donde producían azúcar, tunas y naranjas. La hacienda Champacancha, propiedad de la iglesia era muy tradicional e histórica en el distrito y fue comprada por carhuanquinos en 1940. Entonces por que no habia presencia de la clase hacendada en este distrito, fueron los líderes pobladores ricos, alcaldes, gobernadores, jueces de paz y presidentes comunales quienes cumplieron el papel de abusivos potentados locales. En segundo lugar, para mostrar un lado diferente de la historia rural de Ayacucho, contrastamos con el distrito de Luricocha de la provincia de Huanta que estaba marcado por sus grandes haciendas, entre ellas: Huayllay, Atalambra, Atoccpuquio, Pampay, Iribamba Huanchacc, Cedro huerta, que controlaba la red de posesion de tierras. La mayoría de estas haciendas eran arrendadas, es decir los hacendados dividían sus tierras entre campesinos arrendatarios, quienes trabajaban a cambio de un alquiler, pagado en efectivo o especies. Esta hacienda se ubicaba en valles cálidos como Huayllay donde cultivaban: naranjas, limones y paltas; mientras en aquellas de mayor altitud se cultivaba papas, cebada y tubérculos. Seguidamente podemos inferir que “la diferenciación en el control de tierras y en la 22 geografía situaron a Luricocha y Carhuanca en posiciones adversas en relación a los sistemas de poder a nivel provincial y departamental. Luricocha tan conectada a la ciudad de Huanta, estaba vinculada a la vida política y económica dinámica de ésta ciudad” (Heilman, 2018). En lo concerniente a las alianzas políticas de los personajes representativo del distrito podemos resaltar en la siguiente cita: En el siglo XX,durante varios años la política partidaria era asunto de hacendados. Los gamonales de Luricocha se alinearon a gran parte de partidos y movimientos políticos que motivavan agendas que iban de lo radical a lo conservador. Los campesinos del distrito, en cambio, evitaban ser integrantes de partidos políticos y manifestaban seguidamente su lealtad al Estado peruano. Esto se mantuvo a lo largo de 1920, 1930 y 1960. (Heilman, 2018) Referente a la posición de los dos autores que hacen el análisis de la historia ayacuchana rural, nosotros nos alineamos a la propuesta del investigador Pereyra, puesto que diferenciaba entre un tipo de Hacendado ilustre, que se interesaba en mejorar su instrucción educativa y de esa manera insertarse a la clase media de profesionales y obtener un reconocimiento como tal; mientras paralelo a ello existía un Gamonal que fueron hacendados, pero de distinto origen étnico y social: mistis o indios propietarios de medianos y pequeños predios. No se consideraron como descendientes de los españoles, vivían como indios en sus propiedades. El poder que ejercieron en sus propiedades y en ocasiones fuera de ellas nació de un complejo conjunto de relaciones sociales, ejemplo, de servidumbre y compadrazgos. El sistema de poder, propiedades y status sociales, también es comprendido por medio de los discursos intelectuales producidos en cada generación. En este sentido lo analiza el investigador Jefrey Gamarra (1996), quien muestra cómo el discurso intelectual se expresaba en los diferentes campos del espacio regional. Manifiesta que en Ayacucho dentro de la primera mitad del siglo XX en gran parte los intelectuales ayacuchanos provenían de los sectores terratenientes. Frente al discurso de Leguía de “reivindicar y liberar” a la clase indígena (aunque más fuese demagógico), miembros de la élite regional: Sentía que cada vez más le era difícil seguir controlando a dicha población. A diferencia de las propuestas centralistas que abogaban por una incorporación incondicional del indio a la sociedad nacional, la élite regional buscaba que dicha incorporación sea controlada, en el sentido de que la misma no afecte sus intereses grupales y que no pierda su condición de dominio de la sociedad regional (Gamarra, 1996). 23 Indudablemente, el sistema imperante, con todos sus componentes, donde la élite tenía todo a su favor, el discurso tomó parte para defenderlo; los protagonistas de la intelectualidad y la producción cultural fue producto de este sistema. Respecto al poder político que se desenvolvía en el periodo del Oncenio de Leguía, Gamarra, expresa que la progresiva presencia estatal en los lugares donde anteriormente se enseñoreaban al grupo de poder local, fueron reemplazados por los funcionarios procedentes de la capital Lima, partidarios del gobernante. También en este contexto Gonzáles, Urrutia y Gutiérrez resaltan el desarrollo de la urbanidad principalmente en la ciudad de Huamanga, promovidos por la clase media dirigencial emergente conformados por abogados, médicos, escribanos, procuradores y agentes de pleitos, quienes representaban a la élite local junto a los hacendados quienes eran personajes afiliados al APRA que posiblemente se oponían al centralismo. Pero, en nuestra región esta propuesta de modernización generada en el apogeo de la Patria Nueva leguiísta trastoca contra la tradición y la costumbre de las zonas rurales; sin embargo, combina paradójicamente entre otros factores el reforzamiento de los poderes gamonales con la política implementada desde el Estado. Los autores refuerzan su idea en la siguiente cita: A pesar de la modernización en la ciudad ,la parte urbana sufre la desarticulación del espacio regional y la subordinación de otros centros más dinámicos, sobre todo Huancayo…En este contexto, las tradicionales representaciones políticas se renombran en la ciudad entorno de las novedosas propuestas del ideario aprista, que cosecha el sentir de frustración y estancamiento de amplios sectores de la población (González, Gutiérrez, y Urrutia, 1995, p. 124). Algunos estudiosos de la época utilizaban el término élite para caracterizar a ese grupo selecto y minoritario, como lo menciona un intelectual reconocido: El poder político y militar fue uno de los ejemplos importantes para ingresar al medio público, destacándose la habilidad personal en el control de las relaciones y de una ubicación adecuada en las correlaciones de las fuerzas políticas. La privatización y monopolización de los cargos públicos por parte de los integrantes de la élite ya sea por sus relaciones,vínculos y demás con el gobierno local y el Estado, les permitió intermediar y validar en la administración pública. El comportamiento pro-terrateniente de las autoridades locales al margen de la institucionalidad es la forma concreta en que el Estado se comporta, en vez de la diferencia funcional de las instituciones públicas que distinguen a la sociedad civil de la política, propia de una estructura laboral. El Estado peruano se sustentó en las relaciones de 24 clientelaje con carácter privado a la actividad pública (Coronel, 1986, p. 221). El estudio de poder económico social si bien requiere una aproximación básica para conocer el manejo económico, sea propiedades y riquezas que tiene y obtiene la familia en el transcurso de su existencia, es también importante conocer, sobre esta base, los mecanismos de relaciones y acceso a los manejos políticos. La manera de buscar controlar la administración política en sus respectivas índoles/sectores, sea esta con la iglesia, la intendencia, la prefectura; sobre esas bases o sectores, las elites locales buscan una influencia total, eso que se denomina poder local. Es decir, el poder económico los facilita el acceso del manejo político, con la que buscan controlar o imponer sus propios intereses y objetivos como grupo hegemónico. En ese contexto observamos las diversas vinculaciones de la familia Añaños con el poder político, social y religioso no sólo de San Miguel o la provincia de La Mar sino con la provincia de Huamanga, vínculos que lo llevaron a ser considerados parte de la élite regional que se consolidó durante 1900 a 1930, para posteriormente culminar con su ocaso entre las décadas de 1930 y 1940. 25 Capítulo II CONTEXTO NACIONAL, REGIONAL Y LOCAL En los inicios del siglo XX, en la region la economia fue cambiando de manera importantisima, a partir del movimiento comercial de los circuitos mercantiles. Así, en el norte el espacio regional, conforrmado por las provincias de San Miguel y Huanta, la economía estaba basada en la producción mercantil y por la demanda interna de los productos: coca, azúcar y el trigo (Gutiérrez, 1997, p. 11) 1. Contexto nacional En los finales del S.XIX y las primeras dos décadas del siglo XX, se desarrolló en el Perú un régimen económico, político y social conocido como la República Aristocrática. Durante estos años, el país fue dirigido por una élite perteneciente a las familias más adineradas de la costa norte del país. En base su status social y su poder económico, se consolidaron como el grupo político más poderoso, y tomaron la dirección del aparato estatal. Era un círculo minúsculo de poderosos y desde este punto de vista, constituían la oligarquía peruana. Su influencia en todos los niveles de la vida nacional era absoluto.No hubo nunca, poder económico y poder político unidos (Huiza, 2001, p. 65). Dicha República Aristocrática, “refiere a un orden de nobleza, a una democracia con limites y a un país dividido socialmente, donde la sociedad civil era aún demasiado incipiente como para hacer representables sus intereses frente al Estado” (Contreras y Cueto, 2013, p. 204). Sí esto ocurrían en la misma capital del Perú: Lima; imaginémonos como era en Ayacucho para sus primeras décadas, que narraremos más adelante. Según José Luis Huiza la élite peruana estando en el poder diseño un mecanismo de hegemonía para el mantenimiento de dicho poder político y uno de esos mecanismos era la estabilidad económica: Está se sustentó en un crecimiento basado en la exportación de materias primas, sector fundamental de la economía. Junto al crecimiento económico se desarrolla un sistema político, en el cual el uso del poder estaba copado exclusivamente por la élite, y el cual se excluía a la mayoría del país. La política era, pues, un ejercicio de los sectores dominantes. 26 Así, a través de sus partidos lograron generar una estabilidad que se traducía en las sucesiones presidenciales y elecciones partidarias. (Huiza, 2001, pp. 66- 67). Según Carlos Contreras y Marcos Cueto, este periodo es de la consolidación de una …conjunto de ciudadanos adinerados, unida por vinculos parententales, que ejercen preponderancia en el gobierno del estado, adistanciando a las clases medias y populares, que abrió las puertas al capital extranjero, al que acabó subordinando y aliandose con los gamonales de la sierra.Estos últimos dominaban haciendas de productividad baja y eran los responsables de la explotación, la ignorancia y la miseria adherida en que se mantenía a la población indígena. Se habla de un grupo “oligárquico”,definido por un número menor (algunos se referían a las “cuarentas familias” o “doscientas familias”que se enarbolaban como “los dueños del Perú) y por sus íntimos interrelaciones, que no poseía ni visionaba a tener un proyecto con ideologia de desarrollo que incluye al reto del país. (Contreras y Cueto, 2013, p. 205- 206). Entonces, desde esa mirada, fueron las familias adineradas y con diversas propiedades en la costa y su vinculación con hacendados de la sierra, que tendrán el poder “absoluto” en estos tiempos. Así, tenemos que durante el gobierno de Manuel Candamo, iniciado en 1903, y por un periodo de varios años con los siguientes gobiernos, se caracterizó por promover un apoyo firme y eficaz a la educación pública y cultura nacional. Se inicia la enseñanza de la historia de la familia; al respecto las fuentes primarias constituyen los escritos, imágenes y palabras sobre estudios de familias. Dentro de la historia familiar ,la construcción de identidad fue un rasgo importante de la sociedad,en diferentes etapas de la historia diversos autores han tratado las formas en que llevaron a cabo las genealogías y se esforzaron por definirla como una ciencia amplia que se mantiene activa y que puede convertirse igualmente en disciplina instrumental para otras áreas. La genealogía se compone bajo el concepto de linaje, el cual se define en una línea directa de descendientes. Al acercarse la culminación de la presidencia de José Pardo, se convoca a elecciones. El candidato oficial es el civilista Antero Aspillaga, pero que pertenecía al partido de Pardo, a quien se opone don Augusto B. Leguía, con el respaldo de la guarnición de Lima da un “golpe” después de apresar al presidente Pardo (4 de Julio de julio de 1919). Leguía asume el gobierno como presidente provisorio. Posteriormente instala un congreso (Asamblea Nacional) que lo elige presidente Constitucional el 19 de octubre de 1919. Durante el Gobierno de don Augusto B. Leguía, el 15 de febrero de 1929, el Congreso 27 de la República del Perú aprobó la Ley de la Demarcación definitiva de los linderos de la Provincia, la que fue promulgada en Lima a los 4 días del mes de marzo de 1929 (Diez, 2003). Para la década de los 30-40 en el Perú, se inicia con la crisis mundial de 1929, que marcó el final del gobierno de la “Patria Nueva”, con esta crisis el gobierno del Presidente Leguía va a caer, ingresando a la toma del poder el Teniente Coronel Luis M. Sánchez Cerro, quién se sublevó en agosto de 1930, liquidando así toda la organización de la dictadura de Leguía; posteriormente, fue asesinado Sánchez Cerro, tomando el poder el General Óscar R. Benavides, quien se quedó en el poder hasta 1939. El historiador Jorge Basadre denominó a este periodo “Tercer Militarismo”, inaugurado por el gobierno de Luis Sánchez Cerro y continuado por Oscar Benavides; posteriormente le siguió un civil como fue el presidente Manuel Prado, pero “su elección y su gobierno estuvieron marcados por el régimen militar que lo precedió” (Contreras y Cueto, 2013, p. 271). Como en toda época, aquí también hubo crisis económica y no faltaron os enfrentamientos políticos. En realidad, fue una continuidad del orden oligárquico. De igual forma en este panorama de la primera mitad del siglo XX, observamos que los intelectuales plantean referente al tema de la descentralización, regionalismo y el federalismo precisamente fue en el gobierno de Leguía donde se acentuó como en ningún otro periodo el centralismo limeño en todos sus ámbitos (Deústua y Rénique, 1984, p. 56). La trayectoria desde la aparición, desarrollo y fin de los grupos intelectuales nos permite comprender las dinámicas culturales, además que nos vuelve importantisima la mentalidad de cada etapa , los cambios de visiones, y comprender las herencias que se transmiten de generación a generación sobre los problemas que cada sociedad ha definido como los primordiales (Gonzales, 2008, p. 223). Lo cual adiciona al creciente interés por el tema indigenista de intelectuales cuzqueños y puneños, la preocupación desde el Estado, los movimientos campesinos y la acertada organización gremial y política. 2. Una mirada al departamento de Ayacucho a inicios del siglo XX Ayacucho está ubicado en la sierra, región Sur Central del Perú, su topografía es bastante accidentada y cuenta con varios pisos ecológicos. Sus límites son: por el Norte con Junín por el Sur con Arequipa; Oeste con Huancavelica y Este con Apurímac. Su altitud varía desde los 500 m.s.n.m. hasta los 5,435 m.s.n.m. del nevado del Sara Sara en Parinacochas. Cuadro 1. Población del departamento de Ayacucho en 1940 28 PROVINCIA POBLACIÓN Cangallo 31.669 Huamanga 66.001 Huancasancos 7.142 Huanta 50.983 La Mar 38.590 Lucanas 52.507 Parinacochas 21.663 Paucar del Sara Sara 18.768 Sucre 11.145 Víctor Fajardo 28.530 Vilcashuamán 28.074 TOTAL 355.072 Fuente: Vila (2000, p. 130). Si nos referimos a las vías de comunicación en Ayacucho durante la República, a través de estas vías los pueblos hacían intercambio socioeconómico y cultural, sin ello era imposible que un pueblo pueda desarrollarse. Como se ha manifestado, al iniciar el siglo XX, Ayacucho, tenía una economía comercial no tan dinámica, pero que lograba articularse con diversas zonas de la región, como lo que ocurrió en el centro, formado por la provincia de Huamanga y Cangallo, donde la producción triguera y ganadera, dinamizaban la economía, mientras que la parte del sur, con tenía una producción de ganado a pie y fibras y el norte con la provincias de Huanta y La Mar, hemos manifestado que se sustentaba en la producción mercantil: coca, azúcar y trigo. En este contexto, diversos autores, como Jhonny Gutiérrez, Mercedes Solís, Jefey Gamarra, entre otros, manifiestan que hubo presencia de inmigrantes extranjeros, que se volvieron prósperos comerciantes en la región, y que contribuyeron a crear una pequeña élite comercial, que dinamizó en parte la economía de Ayacucho. Estos fueron italianos, japoneses, turcos, alemanes, sirios, chinos, rumanos, etc., que poco apoco fueron consolidándose y lograron ser parte del círculo de notables de la ciudad de Ayacucho. La situación rural, por otro lado, se caracterizaba por la explotación del campesinado; la servidumbre manifestado a través de diversas modalidades eran los principales indicadores del poder de los terratenientes, quienes en su desprecio al trabajo no se preocupaban por la 29 productividad de la tierra sino fundamentalmente por su rentabilidad, para obtener esto último recurrían a la explotación de las masas campesinas, en plena conveniencia con las autoridades políticas y el clero (Aliaga y Zevallos, 1976, p. 36). Mientras que en la ciudad de Ayacucho, según diversos trabajos de investigación, se dio mayormente la actividad artesanal, como en Santa Ana, donde se desarrolló mucho los tejidos; en la tenería de pieles, en Carmen Altos, estaban los famosos arrieros; en la magdalena y San Juan bautista los viajeros. En el centro de la ciudad de Ayacucho durante las primeras décadas (1900-1920) era la residencia de los notables, del clero y de los terratenientes. Mientras que el poder político regional estaba sustentado en la burocracia, siendo los intelectuales los que ostentaba el poder, por ejemplo: el Dr. Pio Max Medina, fue alcalde de Huamanga y Senador de la República; mientras que el Dr. Manuel Jesús Pozo, fue alcalde en 1923-1926, aproximadamente; también el poder eclesiástico estaban en mano de del Monseñor Fidel Oliva Escudero; completando el poder político el prefecto Isidoro Elías; por supuesto que hubieron más notables en el poder. En 1924, la carretera llegaba tan solo al pueblo ciudad de Quinua, que se construyó como un ramal de Chacco, de la carretera Huancayo-Ayacucho, con motivo del centenario de la batalla de Ayacucho. Esto significa que los pueblos de la Provincia de La Mar estaban aislados del resto del país, tan solo se comunicaban a través de caminos de herradura, y que muchos de ellos sirven hasta la actualidad Durante esta época se observaba la historia regional como una manera de repensar la historiografía. En los primeros años del siglo XX Ayacucho fue considerado como el tercer departamento cañaverero del país gracias al distrito de San Miguel, después de Cuzco y Apurímac, el cual evidencia la importancia que tuvo las actividades económicas productivas, básicamente procedentes de los valles. Si nos referimos a las propiedades y las relaciones de producción Estos hacendados vivían en la ciudad capital, lejos de sus haciendas (las que dejaban bajo del control de un administrador o mayordomo) y manejaban de forma indirecta la carga laboral de sus trabajadores campesinos.Fueron totalmente distintos a los gamonales que ejercían control directo sobre tierras y yanaconas e integraban parte de un sistema bautizado con el nombre de gamonalismo (Pereyra, 2019, p. 92). En Suma, el término gamonalismo sirve para designar un tipo de poder local personalizado, que comenzaba con la propiedad sobre la tierra 30 por parte de ciertos ciudadanos y devenía en el dominio personal del poder local y en el uso de la violencia para con las poblaciones campesinas (Poole, 2009, p. 608). En ese sentido, la diversificación del organigrama económico agraria de la región de Ayacucho, se determinaba imprescindiblemente sobre la posesión de la tierra. Esta posesión constituía símbolo de poder.1 Para esto muchas veces contribuía también el aspecto ideológico como elemento aún persistente de la vieja herencia colonial. Es decir, persistía la ideología dominante de los terratenientes: “Feudal, estamental, religiosa, hispanófila, transmitida por medio de la religión en las festividades y relaciones personales entre dominantes y dominados (…) La Iglesia tenía gran influencia a nivel del gobierno y en la propia vida de las familias” (Almonacid, 2004, p. 39). En la mayor parte de la región de Ayacucho se encontraba la hacienda tradicional que tenía predominio desde la instauración de la República. En estas haciendas predominaba la servidumbre, el pago en trabajo y/o en productos, con un infimo desarrollo de las fuerzas productivas. Según los estudios monográficos tradicionales, es el contexto histórico del desarrollo del gamonalismo, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XIX. En esta época, el poder local y regional lo detentan los terratenientes que ejercen el poder público y oficial o influyen poniéndolo al servicio de sus intereses y del gamonalismo; es a través de este poder que el Estado actúa en Ayacucho y las pugnas por el poder se dan entre facciones terratenientes, representantes de familias rivales, expresadas más que nada en luchas políticas, violentas, bajo la forma de luchas electorales (…) algunas veces los conflictos interfaccionales se originaban en litigios por tierras (Almonacid, 2004, p. 40). Si hacemos un ejercicio de retrospección histórica, en el tercer periodo del siglo XX, durante el oncenio de Augusto B. Leguía (1919-1930) los pobladores ayacuchanos se comunicaron con el Estado a través del Patronato de la Raza Indígena o de la Sección de Asuntos Indígenas del Ministerio de Fomento, para cuestionar el poder de los hacendados locales y solicitar el reconocimiento de sus comunidades (Pereyra, 2019, p. 10). Generalmente todas las personas que poseían poder e influencias se tornaban tolerantes 1 Para comprender mejor hacemos comparaciones con algunas familias de la colonia, por ejemplo con la familia Boza Solís, familia de gran prestigio social y económico por sus propiedades en la región; aquí observamos igualmente las diversas alianzas matrimoniales que realiza dicha familia; otro ejemplo claro viene a ser la familia Ampuero, un caso del siglo XVI que nos permitirá comparar si algunos de los mecanismos como los matrimonios se seguían realizando en alianzas, para obtener no solo riquezas sino prestigio y status social (Vásquez, 1997). 31 entre ellos mismos al tratarse del uso o abuso de la fuerza laboral de los trabajadores del campo, de esta forma usaban fluidamente todos los mecanismos de opresión al indígena. De otro lado, existían voces que trataban de frenar algunos abusos que cometían los miembros del grupo de poder o de la élite de la población sanmiguelina. Sin embargo, la reacción de estos miembros del grupo de poder rápidamente se afanaba en apagar esas voces que estaban en contra de sus intereses. De igual manera, durante los años 1900 a 1920, la principal actividad del departamento de Ayacucho fue el comercio de bienes y artículos manufacturados junto con la agricultura para el consumo local, debido a la producción minima que se obtenía, por la presencia de suelos pobres y una geografía accidentada; las demas actividades eran específicos y de acuerdo a las condiciones favorables de cada zona. Por ejemplo, las provincias de Huanta y La Mar producían coca, mientras que las provincias de Lucanas y Parinacochas tenían ganado, por lo cual eran considerados como espacios privilegiados de intercambio comercial. Mientras en nuestra región se observa un desarrollo tradicional de las haciendas, en el exterior se daba la existencia de diferentes dinámicas regionales y contrapuestas; así, en la sierra central entre los años 1906 y 1910 surgen el negocio de ganadería productores de lana para el mercado nacional e internacional, así como carnes y derivados para los centros mineros; mientras que en la sierra sur no se observa el mismo fenómeno; aquí las mayores negociaciones fracasan y a partir de 1925 algunos tendrán un relativo éxito. En todo ello podemos observar que la función de los poderes locales era “intermediar” entre el poder central y los grupos deprimidos en una zona privada; es decir, los poderes locales se daban a través de un conjunto de mecanismos que servían para fortalecer dicho poder político de una autoridad edil o prefectural. Así las familias más importantes de región, y en este caso, los Añaños, lucharon para combinar su poder económico con el poder político y así lograr ingresar a las esferas cerradas de la élite huamanguina. Asimismo, la década de 1930-1940, el comercio se va a expandir a través de la apertura De un número de establecimientos comerciales, favorecidos por la llegada de la carretera que uniría a Ayacucho con el centro comercial de Huancayo, etapa que va a consolidar el desarrollo comercial de la zona con fuerte acercamiento a la zona rural por intermedio de las ferias que iban surgiendo en diversos puntos de la región. (Aliaga-Zevallos, 1976, p. 39). Al decir del historiador Jaime Urrutia, sobre el este periodo de las décadas de los 30-40 32 del siglo XX, refiere: A nivel de la region Ayacucho,el espacio estaba ocupado por dos instituciones: la hacienda y la comunidad campesina. En las provincias norteñas de Huamanga, Huanta y La Mar, la mayor parte de la tierra era propiedad de haciendas, mientras que hacía el sur, en Cangallo, Víctor Fajardo y Lucanas, las comunidades manejaban la mayor parte de los recursos. (Urrutia, 2014, p. 280) Entonces, se puede manifestar que la economía, muy aparte del comercio, también giraba en torno a las haciendas de las grandes familias de dichas provincias del Departamento ayacuchano. En la década de los 30-40 del siglo XX, la élite huamanguina, incluyendo a los hacendados o terratenientes lleva en su discurso un componente de discriminación y sentimiento de superioridad, ante las familias o grupos considerados inferiores, como la gente servir, donde su debilidad es lo económico. Mayu Mohanna ha señalado que: “Sus actitudes de discriminación se agudizaban en su trato con los campesinos, hombrecitos que trabajaban en las haciendas sin derecho a jornal y que era la servidumbre de las casas de los hacendados. Allí servían a sus patrones, sometidos a turnos de una semana duración, razón por lo que se le conocía como semaneros”. (Mohanna, 2001, p. 122). Esto corresponde y afirma lo que nos ha manifestado Alejandro Aliaga Hernando y Wilfredo Zevallos Romaní, en su investigación sobre Ayacucho de la primera mitad del siglo XX, al referirse la situación económica en las haciendas. Manifiestan ellos sobre como la presencia de las diversas haciendas absorbían a las comunidades y las tierras de los pequeños propietarios que había tenido contacto con los terratenientes, que les permitían una renta fija; pero que reflejaba dicha renta en su trabajo y en especies; dandole por otro lado a los terratenientes el prestigio político que necesitaban para lograr no sólo riqueza económica sino insertarse en las esferas de la política local y luego de lo regional. Según Alejandro Aliaga y Wilfredo Zevallos, nos confirman que durante estas primeras cuatro décadas las haciendas son consideradas: …como un conjunto de relaciones económicas y sociales de explotación de tipo precapitalista, donde se sujeta la fuerza de trabajo a través de la servidumbre y de la renta en sus 3 modalidades: hierbaje, pago en dinero que se realizaba por cada cabeza de ganado que pasteaba en los terrenos del hacendado. Rodeante, participar en los “rodeos”, que consiste en una actividad organizada por el hacendado, donde se contaba al ganado de los feudatarios, para conocer cuando debería pagar el hierbaje el campesino Pongo, que eran los campesinos encargados de prestar 33 servicios domésticos en la Casa- hacienda o en la ciudad. (Aliaga y Zevallos, 1976, p. 45) En toda la región se llevaban a cabo estas actividades en las haciendas, especialmente en La Mar (San Miguel), Huanta, Cangallo, Huamanga, etc. Al decir de Enrique González Carré, Jaime Urrutia y Yuri Gutiérrez, en la ciudad de Ayacucho, “entre 1919-1930 se construyen las avenidas Tejarpata, Augusto B. Leguía, Andrés A. Cáceres, Centenario, merced al trabajo, por conscripción vial, de comuneros provenientes centralmente de Tambillo, Acos Vichos, Socos Vichos” (González, Gutiérrez y Urrutia, 1995, p. 123). Quizás sea el inicio de la expansión de la ciudad, donde continúa la red de piletas y con la celebración cuatricentenaria se seguirá pavimentando algunas calles principales. Según la opinión del viajero Alayza y Paz Soldán, citado por González Carré, Huamanga en la década de 1940, graficaba: La gran mayoría (de habitantes de la ciudad) es de indígenas iletrados representativos de pueblos historicos, que no se renueva y donde, por lo tanto, la ignorancia es impermeable y se estratifican las supersticiones. No vale la pena tomar en cuenta la de los afamados trabajadores en piedra de Huamanga (alabastro), plata, cuero, y madera,pues carece de industria verdaderos artistas, pues la pobreza del lugar oblígaron a emigrar a Lima apenas estuvo abierta la carretera de la muerte. Hay un insignificante comercio, a juzgar por los establecimientos de la ciudad, es, en su mayor cantidad es el del alcohol y coca (González, Gutiérrez y Urrutia, 1995, p. 126). Este panorama del viajero nos lo dice todo, es decir, que desde la celebración del Centenario y el mismo cuatricentenario, la ciudad de Ayacucho, no tuvo grandes cambios y la vida continuaba con el desarrollo de las actividades artesanales; si esto ocurría en la capital del Departamento, nos podemos imaginar cómo era la situación en las provincias o distrito o anexos, una situación de una economía de subsistencia, salvo algunas familias de hacendados, como los Añaños, que disfrutaban de las mayores comodidades en sus haciendas o propiedades citadinas. Al manifestar sobre los vecins mas representativos de Ayacucho, se asegura que con su intervención e influencia en las esferas políticas, la ciudad podría crecer económicamente y con el apoyo de los comerciantes extranjeros, se contribuye a su desarrollo, sólo así se podría dar el resurgimiento de Ayacucho en estás décadas de los 40 del siglo XX. Este grupo de notables anunciaba para 1939: El porvenir social y económico de Ayacucho traería expectativa aún más 34 apreciativas, si se tendría un hotel de turismo; por lo tanto la de su clima, los tesoros de sus valiosas ruinas incaicas, sus construcciones y obras de arte colonial, la majestuosidad de sus histórico campo de batalla, serán poderosos motivos de atracción para sus visitantes (Revista Huamanga, N° 19, 31 de marzo de 1939). Los notables pensaban que con la construcción de u hotel para los turista, podría dinamizar la economía huamanguina y ese ideal fue propuesto al Comité Pro Cuatricentenario de la Fundación de Huamanga para 1940, que propusieron otras obras para el progreso de Ayacucho. Según el historiador Claudio Rojas Porras, para la celebración cuatricentenaria de 1940 se va a exigir al gobierno central la ejecución de obras: Problemas urbanos más graves que confrontaba la ciudad de Ayacucho, merecen especial atención los relativos a la implantación a los servicios de agua y desagüe; Ayacucho necesita de tales servicios, no solamente porque su naturaleza son indispensables para toda la ciudad, sino porque se ha constatado que la deficiencia y la mala calidad del agua llamada “potable” que consume la población son causa determinantes de su estancamiento demográfico y el desarrollo del radio urbano y expansión de campiña (Rojas, 2010, p. 44) Si el pedido era agua y desagüe, se entiende que la ciudad no contaba con esos servicios básicos para la población y lo mismo ocurría fuera de la provincia de Huamanga, donde estos servicios fundamentales para la vida del hombre eran escasos, por supuesto que la población de San Miguel (La Mar) se abastecía con agua de los manantiales o de los ríos cercanos o pequeñas acequias construidas para el regadío de las haciendas y pequeñas huertas o chacras de los hacendados y campesinos; pero, la realidad es triste para la capital del departamento. Recientemente, el historiador José María Vásquez Gonzales, en su tesis doctoral ha manifestado que no sólo se conformó un Comité dirigidos por varones sino también por las damas huamanguinas tanto de la ciudad como las residentes en Lima, donde propusieron determinadas obras para el desarrollo y progreso de la ciudad. En ese sentido manifiesta nuestro historiador: El Comité del Cuatricentenario de la Fundación de Huamanga, se instaló el 29 de abril de 1934, conmemorando este aniversario inaugural. Así, como se pedía el progreso para Ayacucho de parte de sus intelectuales, los miembros del Centro Cultural Ayacucho, lograron que las damas puedan apoyar a dicha celebración formando un Comité de Damas. El Comité de Damas de esta ciudad acordó: 1) Ampliar el Comité permanente con señoras y señoritas que cooperen con el Comité central. 2) Constituir una directiva para la mejor orientación de las comisiones. 3) La 35 directiva deberá circunscribir sus actividades siguientes: a) propaganda intensa para la mejor celebración del IV Centenario de Ayacucho; b) iniciar erogaciones por todos los medios posibles para adquirir los fondos necesarios; c) preparar fiestas sociales para mantener latente la atención de la ciudadanía en el prestigio de Ayacucho y adquirir óbolos; d) preparar un equipo de prendas, utensilios, etc para el servicio de los enfermos del Hospital de San Juan de Dios; e) preparar equipo de cuadros murales para la Instrucción General de las Escuelas Fiscales de ambos sexos; f) preparar varios gimnasios modernos para la Educación Física de los niños, los mismos que serían implantados en los parques de Ayacucho; g) preparar vestuarios para las clases necesitadas; h) igualmente, adquirir juguetes para los niños pobres; i) cooperar con la delegación de caballeros de esta ciudad, que fueron dominados por el Comité central (…) a gestiones ante el gobierno, para la consecución de las obras primordiales para el saneamiento de Ayacucho; j) comunicar estos acuerdos al Comité de la Presidencia de su señorita ilustrísima. COMITÉ CENTRAL DE SEÑORAS PRO CONMEMORACIÓN DEL IV CENTENARIO DE LA FUNDACIÓN DE HUAMANGA Junta Directiva. Presidenta: Sra. María V. Arca de Patiño Samudio; Vice Presidenta: Magdalena Fajardo de Castro; Tesorera: Adela Mujica de Amat y León; Secretaría: Natalia Parodi de Dancuart; Pro secretaria: Srta. Delia Protzel; Vocales: Señoras María Antonia García Godos de Goicochea, María Parró de Cornejo, Rosa Barco de Ruillón, Dolores Parró de Arca, Mercedes Mavila de Vidalón, Rosa María Duarte de Mendívil, María Donayre de Parodi, Esther de Barboza; Miembros de Honor: señoras Hortensia Cáceres de Porras, Zoila Aurora Cáceres, Rosa Tello de Cavero, Susana Sáez de Pérez, Silvia Cabrera de Herrera, Dolores Espinoza de Morote, Aurora Villareal de Galdo, Tula Duay de Arca, Rosario Cáceres de Mavila, Noemí Medina de Mavila, Sara Valderrama de Mavila, Julia Rosas de Palomino, Angélica Betancurt de Arca, Amelia Amat de Protzel, Marcela Haudelé de Fajardo, Carmen Vargas de Bedoya, señorita Tomasa Olano, Rosaura García, Herminia Gonzales (Revista Huamanga N° 10. pp. 27-29) El apoyo del Comité de damas, fue un aliento importante para que el Comité Pro Fundación de Huamanga en celebrar sus 400 años de fundación llegue con el progreso soñado. La insistencia de los intelectuales del CCA en sus discursos también era de índole material, por ejemplo: …la prefectura del departamento, da cuenta de la asignación de 6 millones de soles oro para obra de Agua y desagüe en doce ciudades de la república, de los cuales se destinan 464 mil soles oro para la dotación de agua potable a esta ciudad. El coronel Jorge A. Esponda, laborioso Prefecto del departamento, de que el supremo gobierno aprueba el embellecimiento de la “Alameda”, la construcción de Parques Públicos en la Plaza “Mariscal Cáceres” y en el histórico Campo de Quinua donde se erigiría el Monumento conmemorativo de la Batalla del 9 d diciembre (…) el futuro económico y social de Ayacucho cobraría expectativa aún más halagadora, si se le dotase también de un Hotel de Turistas. (Vásquez, 2022, pp. 191-194) El panorama presentado por el historiador José M. Vásquez, es que las obras deberían 36 darse para este año y así culminar con la falta de desarrollo económico y de infraestructura en la ciudad de Ayacucho. Entonces, algunas obras se cumplieron y otras se quedaron inconclusas; pero lo cierto es, que la región poco a poco fue desarrollándose, donde los notables o la élite ayacuchana, aún dominaba a través de su riqueza económica y prestigio político; que como hemos visto, son ellos los que dominan en toda la región: élite y hacendados. 3. Creación y delimitación de la Provincia de La Mar El desarrollo de las provincias ha merecido un largo proceso iniciado desde el siglo XIX, ya que posterior a la independencia hubo reconfiguraciones en las demarcaciones territoriales, de esta manera podemos constatar las variaciones limítrofes que tuvo la región de Ayacucho, como dice Virgilio Galdo Gutiérrez, la idea de una provincia, como la de La mar, era un territorio muy largo y sus límites imprecisos; según el autor manifiesta que en 1874, el prefecto Manuel Velarde fue incapaz de determinar su extensión de dicha provincia. En esta década de 1870: La Mar se formó con los distritos de Chungui y Anco de Huamanga y Tambo y San Miguel de Huanta. El origen del control administrativo de Chungui y Anco por la ciudad de Huamanga fue un contínuum desde el siglo XVI. La pérdida de Tambo y San Miguel y sus valles orientales supuso para Huanta la pérdida del control de esos dos puntos neurálgicos para el acceso a la selva, y la comercialización de sus productos y de zonas del piedemonte tradicionalmente cultivadas por campesinos huantinos. La Mar surgió con una estructura agraria diferenciada. Así de zonas de dominio latifundista coexistían con comunidades de altura que extendían sus tierras hasta la selva del Apurímac (…) Sin embargo, el control del ´poder local desde la creación de la provincia estuvo casi siempre en manos de hacendados latifundistas de Anco y Chungui vinculados directamente con algunos grupos de poder ayacuchano (Sala, 2001, p. 48). Esto significaba la pérdida de poder local de los hacendados huantinos, ya que la creación de la provincia de La Mar afectó ya no sólo tener haciendas en su provincia huantina sino que las ilusiones de llegar a la selva se acortó. Y como dice Nuria Sala i Vila, indirectamente los perjudicó con dicha creación de la provincia. Uno de esos hacendados que veremos más adelante, fue Don José Carrasco, quién controlaba parte de la hacienda Ninabamba. Dicho personaje será un aliado de Don Albino Añaños, que fue otra familia hacendaria que dominaba económica y política a la nueva provincia y distrito creados. Está creación provincial de La Mar trajo una serie de 37 desencuentros entre algunos hacendados huantinos y sanmiguelinos, como también con la nuevas autoridades locales. Dentro de estos conflictos, “la dificultad para racionalizar la administración de La Mar fue constante en las décadas de 1860 y 1870, al punto que se sustituyeron los subprefectos casi anualmente” (Sala, 2001, p. 48-49). Galdo sostiene que la provincia de La Mar, se crea en virtud de una ley promulgada el 30 -III- 1861, en base a los distritos de Tambo (Huanta), Anco y Chungi (Huamanga), señalándose como su capital San Miguel, no obstante que Tambo era más importante desde el punto de vista estratégico y comercial, por intereses de los grupos de propietarios del valle de Ninabamba que deseaban tener representación parlamentaria ante el Congreso y así controlar territorios alejados como Anco y Chungui (lejanos de Huanta y Ayacucho). (Galdo, 1992, p. 96). Así, el mayor territorio de la provincia de La Mar se ha caracterizado por ser un territorio con mayor presencia de haciendas y con distintos pisos ecológicos, puna, quechua, ceja de selva y valles. Durante el siglo XIX, la mayoría de las haciendas se dedicaban a la producción de la caña de azúcar y chancaca mediante el uso de trapiches y alambiques. La Ley 30 de marzo de 1861, según Nuria Sala i Vila creó la provincia de La Mar con los distritos de Anco y Chungui, antes sujetos a la demarcación del cercado de Huamanga, más Tambo y San Miguel: La iniciativa parlamentaria correspondió a los Senadores Espinoza y Castilla y las razones para la creación de la demarcación fueron varias. Ciertos grupos regionales deseaban ver reconocida la importancia de la producción selvática y desarrollaron una acción decidida de propaganda en la prensa regional, pero también en el parlamento, así Francisco del Barco en su propuesta a la Cámara en 22-11-1860 pedía una nueva provincia con el nombre de Provincia de los Andes, que, según él, era la denominación más adecuada para expresar su posición topográfica. Además la intención de los legisladores era asegurar la comunicación con el cuzqueño y vecino valle de Santa Ana, abrir la región a la navegación atlántica y asegurar el avance de la frontera interna militarizando la zona, para lo cual se establecía un puerto y fortín en Chaupimayo, en Anco. (Sala, 2001, p. 161-62). Como se puede observar, la creación de una provincia no era fácil, pero se jugaban intereses comerciales e individuales; es decir, que los hacendados, por un lado, los huantinos pierden mucho con dicha creación de La mar y por el otro lado, otros hacendados, como los Carrasco, Añaños, De Barco, asumen que se beneficiarían con dicha creación a largo plazo. Huanta, tuvo que lamentar la pérdida de Ayna, distrito básico para ellos; pero se contentaron 38 con dicha creación obligada por el Estado peruano. De ahí, dice Nuria Sala, los conflictos frecuentes que hubo entre Huanta y La mar, los enfrentamiento entre hacendados latifundistas de Huanta y La mar fue mayormente por el control de la producción montañosa y del poder local, lo asegura Nuria Sala. Según la ley de 1861, la demarcación de La mar no precisaba la línea divisoria con Huanta y para ello se fijó: Del sitio denominado Tocctoccasa situado entre Huamanguilla y Tambo, al lugar conocido con el nombre de Tapuna o Saihuaccasa, ubicado entre Secseccsaca y Viscos, a partir de Tapuna servirá de límite la cadena de cerros que se dirigen de SO a NO al Apurímac separan las aguas tributarias de los ríos Apurímac y Pampas quedando dentro de los límites de Huanta las montañas de Sana. La ley sería recurrida por el Diputado por La mar, Don Albino Añaños, abriéndose un debate parlamentario que, con interrupciones, se extendería entre 1922 y 1929. (...) Albino Añaños, diputado por La Mar, se erigía en el defensor de los intereses latifundistas y de formas tradicionales y serviles en lo económico. (Sala, 2001, p. 162-163). Don Albino Añaños, con toda su influencia entre los diputados y con sus votos a favor, llega a revertir dicha Ley de 1861, logrando que se dé la Ley N° 6551 de 15.2.1929 y fijaba los límites de La Mar con los siguientes hitos: Del punto denominado Chorrocasa que es la ceja de la montaña más elevada entre los distritos de Huamanguilla y Tambo, seguirá por la cumbre de la cadena de los cerros en dirección de SO a NO, hasta el pico Rashuillca y Orccohuasi, hasta el nacimiento del río y por el de los de Ayna. Caudalosa y Piene hasta la desembocadura en el río Apurímac; el cauce de este rio como límite natural entre La Mar y la Convención, y hasta la cordillera de Pomaccahuancca de este lugar a la cima de la cadena de cerros que se extienden por los lugares denominados Ccochas, Illacancha, Yanaccocha, Chorroconga, Taroccasa y Apacheta y Cangallo. (Sala, 2001, p. 163) Como se ve, Don Albino Añaños, tuvo tanto poder que pudo hacer que el parlamento definidamente para este año de 1929, realice la definitiva delimitación de la Provincia de La Mar. En realidad, Don Albino Añaños, como dice Nuria Sala, defendía su dominio sobre la “producción azucarera y que postulaban la vinculación de la región con la vecina Andahuaylas y Abancay, donde dominaba una oligarquía con fuerte vínculos con los mismos sectores cuzqueños” (Sala, 2001, p. 164). Ese era el interés realmente de Don Albino Añaños, es decir, hacer que con el tiempo se construya una carretera entre San Miguel y Andahuaylas para así se articulen dichas provincias del departamento del sur. Como se ha observado la creación de La mar trajo casi siempre conflictos entre Huanta y La Mar. Además de los intereses económicos y políticos entre hacendados de La Mar y Huanta ¿Por 39 qué hubo conflictos ente los hacendados huantinos y de La Mar?, muy aparte de su demarcación, lo fundamental era la salida o la apropiación de la selva, Ayna y Chungui, eran pueblos que lo acercaba a esas producciones cocaleras y azucareras, que faltaba en Huanta; con la creación de La Mar, los latifundios comenzaron a “pertenecer” a los hacendados de dicha provincia, mientras que los hacendados huantinos nada podían hacer, según la Ley de 1861 y posteriormente la de 1929, donde se daba la demarcación, estos latifundios de importancia para 1917 aparecen en el cuadro 2. Cada una de estas haciendas, dice Nuria Sala, “ocupaba amplias franjas de terreno es de las cumbres andinas hasta la selva alta, así en Chupi, Ninabamba, Patibamba, se producía desde cereales, ganado o caña de azúcar y coca” (Sala, 2001, p. 167) Esto fue los motivos de que los hacendados huantinos no deseaban la creación de La mar, no sólo le quitaba poder político sino económico; en realidad, todo fue un “juego de poderes”. En la actualidad, la Provincia de La Mar se localiza geográficamente en la parte Nor- Este del departamento de Ayacucho, entre los andes cordilleranos sur orientales del Perú. Tiene la forma de una bota; limita por el Este con la provincia de la Convención departamento de Cuzco; por el Oeste con la provincia de Huanta y Huamanga, por el Norte con Huanta, por el Sur con la provincia de Huamanga y la provincia de Andahuaylas del departamento Apurímac. Presenta básicamente tres valles y sus afluentes o cuencas, que abarca aproximadamente el 40% del área total de la provincia. • Valle del Apurímac; margen oeste del rio Apurímac. • Valle del Torobamba, divide a la provincia en Norte y Sur. • Valle del Pampas, Margen norte del rio pampas, hacia el sur de la provincia. La Provincia de La Mar se creó inicialmente con los distritos de Tambo, San Miguel, Anco y Chungui.2 Cuadro 2. Latifundios en La Mar, 1917 Distritos Propietarios Haciendas Renta Anual San Miguel Jesús M. Vda. de Ormaza Ninabamba 280 Lp. 2 Anteriormente Chungui y Anco pertenecían a Huamanga; mientras Tambo con su anexo de Chilcas, y San Miguel pertenecían a Huanta. 40 Isabel Flores Cochas 200 Lp. Albino Añaños Patibamba 60 Lp. Tambo Manuel Jesús Pozo Moyocc 80 Lp. Anco Moisés Fernández Sarabamba 200 Lp. Chungui Benjamín Carrillo Chapi 160 Lp. Guillermo Cáceres Minabamba 120 Lp. María A. Garcilaso 60 Lp. Fuente: Sala, 2001, p. 167. Cuadro 3. Población de la provincia de La Mar por distritos Distritos 1924 1940 San Miguel 6.100 10.473 Anco 4.819 5.902 Chilcas 3.318 4.383 Chungui 4.152 3.982 Tambo 5.907 13.850 TOTAL DISTRITOS 13.377 38.590 Fuente: Vila (2000, p. 130). En el cuadro 3 se puede observar que en los censos aplicados en la Provincia de La Mar desde el año 1924 a 1940 nos dan un análisis demográfico que la población del distrito de San Miguel tenía un incremento escalonado ya que entre 1924 al 1940 se aumenta en 4000 habitantes aproximadamente. Esto tuvo como causa la migración de pobladores hacia el distrito por la buena producción y trabajo; lo cual generaba un equilibrio económico. Los derechos políticos no rigen para las provincias, pues no pueden elegir a sus propios representantes, los partidos políticos oligarcas eligieron desde Lima “sin eleccion popular” porque suponemos que las autoridades elegidas no conocían las provincias que iban a representar. Por lo tanto, a manera de comparación análoga podemos mencionar lo siguiente: Los intelectuales de las provincias entraron en controversia con los intelectuales de la ciudad de Lima por medio de la publicación de fuentes periodísticas. La ciudad lima que siempre fue oligárquica centralista, y anti indígena no creía en la idea de un orden político nuevo, económico y social. señalaban a los provincialistas como antipatriotas.Por el contrario, los regionalistas con razón justa, buscaban la autonomía económica y política, para ello el federalismo era el tipo de gobierno que necesitaba el Perú. Entre los intelectuales del Sur existieron unos más radicales que 41 otros. Unos apostaban por la federación y otros por el regionalismo (Deusta & Rénique, 1984). Pero a pesar de esa realidad contraproducente había una élite con poder económico, social y político dentro de la región, que llegaron a conformar los gobiernos locales y regionales: Su condición de poseedor de tierras y dado el contexto regional del departamento, podían ostentar cargos públicos y políticos dándoles de esta manera poder regional en el ámbito estatal y poderes feudalizantes en el ámbito rural. Puesto que las bases de su poder económico, social y político tenían orígenes en posesiones de tierras, alianzas matrimoniales y cargos políticos militares (Castro, 2012, p. 10). Una de las más antiguas familias representativas fue la familia Carrasco que viene desde la época colonial como de una estirpe española, aproximadamente en el S. XIX el año 1880, el primer patriarca Francisco Carrasco Gómez que tuvo su esposa a Rosaura Añaños, los cuales tuvieron sus hijos: José Carrasco. José Carrasco mantuvo matrimonio con Juana de Dios Eyzaguirre y tuvieron sus hijos: 1º Albino Carrasco, Agustín Carrasco, Carlos Carrasco y Federico carrasco. La propiedad territorial de ellos estaba en el fundo Pichuspampa, sector de Ninabamba y empezaba con los siguientes linderos: “Por el Norte con la finca de San Sebastián, separado por un cerco de lodo y piedra; por el Este con el río San miguel; por el Sur con el riachuelo Huarmamayo y una pequeña huerta de la familia y por el Oeste el camino Real de san miguel a Chilcas toda la extensión era aprox. 15 hectáreas” (ARAy, Leg. 38, 1940, expediente :1193-71, F. 76 y 118). En 1913 la hija Eufemia Carrasco que tuvo a su esposo el Señor Ruiz y con quien tuvo sus hijas: Emilia, Juana, María Josefa y Rafaela El hijo mayor Albino Carrasco tuvo su nieta: Mercedes Zavaleta Carrasco, quien se comprometió con Albino Añaños y con quien tuvo varios hijos. En 1935 Agustín Carrasco que tenía varios hijos y uno de ellos es Federico Carrasco Ruiz, quien recibe bajo transferencia mitad del terreno de Pichuspampa ubicado en el valle de Ninabamba.3 Seguidamente en 1938 el hijo Carlos Carrasco ocupó el cargo de Juez de 1ra instancia en San Miguel y nombró como representante nombrado a su hermano Federico Carrasco (ARAy, Fuero Común Agrario, 1940, Leg. 38, expediente 1193-71, F. 118). 3 No hay que confundir lo que denominamos Valle o complejo de Ninabamba, de connotación genérica, y por otra parte está la hacienda San Nicolás de Ninabamba propiamente dicha. 42 Sobre las familias representativas de la provincia de La Mar, podemos decir que tenían visiones comunes, que se enunciaban claramente en un complejo de “sentido de status alto”, una proyeccion a menudo despectiva de las clases bajas, un ensimismado o egoísmo, un arraigo a la posesion de la tierra y un reconocimiento de los derechos solo de los suyos. Aquí podemos mencionar cronológicamente a la familia de María Jesús Morote Carrasco casado con Estanislao Armaza, quien murió a los 50 años. Luego se casó con Francisco P. del Barco (diputado nacional en 1895), con quien procrearon un hijo llamado Osmán del Barco Morote, Luego. En el siglo XX Aquí aparece José carrasco y su hijo Albino Carrasco y en segunda generación esta la descendiente Juana Carrasco en 1905 en el año 1920 apareceJuan de la Rosa Verástegui. En paralelo aparece en la palestra Albino Añaños con sus hijos: Nivardo Añaños, Moisés Artemio Añaños. Dentro de esta trama observaremos cómo eran su centro de familia y su intra e inter redes, cómo impactaron las redes familiares en la relación con los poderes de la región y con el Estado. Pero sí de algún modo, sabemos la clase de actividades económicas que ejercían en el medio local, sus relaciones politico social, la forma cómo manejaron el poder local y el tipo de coercion practicado sobre los campesinos y sectores medios. En la provincia de La Mar, los Añaños, se establecieron como los amos y señores, los mismos que estructurarán un amplio engranaje social a su servicio; claramente constituyeron un “feudo provincial”. “Siendo a su vez esta clase a quien no le interesaba la producción de la tierra sino la renta que producía y si lograba introducir mejoras en la tierra lo hacía sin dejar que se libere lo esencial de las fuerzas productivas” (Aliaga & Zevallos, 1976, p. 83). 4. Distrito de San Miguel La historia del pueblo o distrito tiene un origen mágico o mítico que dicen que la imagen de San Miguel Arcángel apareció en el lugar donde se encuentra actualmente construido el templo de la ciudad, y al notar su presencia la población y vecinos, al ver que el lugar era pantanoso e inadecuado para la imagen, acordaron trasladarlo a otro lugar, a la meseta de Llausa, y entonces lo hicieron, pero al día siguiente la imagen amaneció en su lugar del día anterior, entonces se lo devolvía, pero el resultado era igual día tras día, al ver esta situación la población decidió construir su capilla y luego su templo, finalmente la ciudad. Lo afirmado tiene un trasfondo histórico, en el sentido que, en el contexto de las 43 creaciones coloniales de los pueblos y construcciones de la Iglesia, cuando los españoles fijaban un punto adecuado para la creación, ocultamente colocaban la imagen de un Santo para hacerles creer a los indígenas creyentes que era necesario levantar una Iglesia en el lugar para el establecimiento de aquel. La ciudad de San Miguel es una típica ciudad colonial, sus calles, sus casas mantuvieron sus características hasta la primera mitad del siglo XX. Con sus calles empedradas, con sus acequias en la parte central de sus calles por donde discurría agua y con una pileta de agua en el centro de la plaza de armas, donde habían sido enterrados piedras gigantescas por lo que se encontraba en alto relieve, y con frutales en sus huertos. La ciudad adquiere importancia, cuando se desactiva el complejo de Ninabamba, después de la expulsión de los jesuitas en 1767 y con inyección de mayor población urbana, después de la batalla de Ayacucho, San Miguel sigue como cualquier villorrio del interior del país, pero de mejor presencia urbana que las demás que existían en toda la provincia y con gente más activa. (Vila, 2000). En cuanto a la estructura social, en la zona de San Miguel, el hacendado ocupaba la posición social más alta, pero se hallaba en constante pugna con los yanaconas o el campesinado. Frente a estas dos clases existía un “grupo intermedio conocido como mayordomos, caporales, mandones, etc., conformado por los propios campesinos que por algún mérito alcanzaban las preferencias del patrón, quienes eran temidos y respetados, odiados también porque a través de la fuerza contribuyeron a la explotación” (Aliaga y Zevallos, 1976, p. 51). Dentro de San Miguel, existió una élite que encarnaba el poder. Principalmente lo conformaban los propietarios de tierras y los sectores profesionales. A ellos se les denominaban como “vecinos notables”. Según informaciones empíricas y bibliográficas entre los años 1901 y 1929 los llamados “vecinos notables” eran muchos. Sin embargo, mencionaremos solo de los más sobresalientes, según nuestros hallazgos y según la elaboración de la autoridad política que informaba a la prefectura: Albino Carrasco, Albino Añaños, Florencio Añaños, Evaristo Añaños, Rafael Marimón, Julio Peralta, Juan de Dios Añaños, Federico Añaños, Juan N. Castellares, Ponciano Paredes, Víctor Molero, Manuel Figueroa, Juan Pérez, Gerardo Esquivel, Mariano Jerí, Agustín Carrasco, José Manuel Pérez, Federico Carrasco, Carlos Carrasco, Nivardo Añaños, Edmundo Añaños. En la zona de San Miguel, existieron familias representativas y notables como Carrasco, 44 Añaños, los Jerí. Dentro de ellos fueron los Añaños los hacendados sobresalientes, con suficiente poder político. Eran propietarios de haciendas importantes como la de Patibamba y Ninabamba. Mientras el diputado Albino Añaños informaba sobre las entrevistas con el presidente de la República, Leguía, también el presidente del Congreso Regional del Centro, Artemio Añaños, se encargaba del presupuesto de la entidad local, él mismo solicitaba para su discusión y aprobación. 5. La hacienda Ninabamba: evolución histórica Empezaremos haciendo un estudio de lo que significa etimológicamente, proviene de dos voces quechua: Nina: Fuego candela y pampa: llanura Pero posteriormente fue modificado la palabra a Ninabamba porque era el más apropiado. Eso fue el origen toponímico del nombre. La Comunidad de Ninabamba con sus anexos que eran haciendas como: Patibamba, Ayrabamba, Misquibamba y Magnupampa.4 A comienzos del S.XX se produce un corto periodo de acumulación de tierras por parte de los grupos más poderosos del valle. Porque se formaron las ha