ESCUELA PROFESIONAL DE ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
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Browsing ESCUELA PROFESIONAL DE ARQUEOLOGÍA E HISTORIA by Author "Chávez Alarco, Casimiro"
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Item Patrones de asentamientos prehispánico en el valle bajo de Cañete.(Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, 2006) Chávez Alarco, Casimiro; Vivanco Pomacanchari, CiriloEl hombre desde sus orígenes mantuvo una relación constante y dinámica con la naturaleza; convivencia que le permitirá, en el futuro, desarrollar una capacidad de conocimiento de alto nivel productivo y social. De las cuevas y los abrigos rocosos pasará a establecerse en aldeas y construir las primeras formas arquitectónicas; capacidad cultural, que devendrá posteriormente en organizaciones sociales mas complejas y por ende el surgimiento de las aldeas asociados a centros ceremoniales y una continuidad cultural que devendrá posteriormente en la conformación de los pueblos, ciudades y urbes, lo que para Childe (1959) sería el paso de la revolución neolítica a la conformación de las altas civilizaciones y/o revolución urbana; con características estructurales y arquitectónicas diferentes unos de otros en tiempo y espacio, que en cierto grado van a caracterizar los Patrones de Asentamientos en los Andes Centrales; el mismo que según Williams (1981) "parte de la sedentarización de los grupos humanos en los espacios con propiedades de recursos para la agricultura". En el valle de Cañete, si bien es cierto que hasta el momento no se han hallado evidencias tempranas de ocupación precerámica, en el ámbito de la provincia si se tienen referencias presentes en Chilca, en el cono al vial de una quebrada que se ubica a unos kilómetros del mar, con una antigüedad de 6,000 a.C. (Engel 1963, 1966 a 1988). Lo evidente de ello, se constituye en una expresión cultural que dará origen, en el futuro, al desarrollo de los patrones aldeanos en esta parte de la costa centro y sur del litoral, y una posterior consecuencia en la producción arquitectónica de tendencia ceremonial; Iogros que marcará el punto de partida para la conformación de poblados y ciudades en el valle de Cañete. Si bien el proceso de ocupación en el valle, que evidentemente difiere de otros valles del Iitoral por las diferencias y características de su geografía y recursos, los nuevos centros poblados que sucedieron a las primeras formas de ocupación, se establecerán sobre zonas alejadas de las riveras del río Cañete, pero sumados a una tecnología asociada a la agricultura y a nuevas áreas de cultivo; recurso que se constituirá en la base económica y, por ende, en el orden de un sistema político orientado a mantener una dinámica coherente con el proceso de las relaciones de producción; comportamiento social que estaría guardando relación con los planteamientos de Staino y Canziani. Con estas consideraciones, cabe mencionar que los patrones de asentamientos parte de la conformación y consistencia social de los poblados. A pesar de la información que se tiene sobre su estudio (Patrones de Asentamientos), no existe un concepto definido como término de análisis específico; pero si fundamentos que nos permiten dilucidar las funciones de actividad y desarrollo social y cultural de los grupos humanos que viven, se establecen y se desarrollan en un determinado espacio geográfico, culturalmente identificado por rasgos comunes en el tiempo y espacio corológico. Los trabajos de lnvestigación arqueológica para el valle son escasos, con relación a las visitas y a los documentos históricos y etnohistóricos con el que se cuentan en su mayoría. De una u otra forma, los datos nos permiten el logro de ciertos alcances para los fines del presente trabajo de investigación, el mismo que se hizo posible con mucho esfuerzo y esmero. Espero que su aporte, sumados a otros trabajos arqueológicos ya existentes, despierte el interés de los investigadores en seguir contribuyendo con nuevos conocimientos, que nos induzcan a dar un paso más en el desarrollo de la historia aún no esclarecida del valle de Cañete. Del conjunto de los datos de investigación con el que se cuentan, merece recalcar los grandes aportes arqueológicos logrados por Kroeber (1966), Stumer (1971), Wallace (1963), Marcus et.aI. (1983-85), Ruales (2000) y Guzmán (2003), que nos han permitido establecer ciertos parámetros en las fases de ocupación de los sitios arqueológicos.